martes, mayo 17, 2005

Noche

El sol duerme en lo alto, pasajero, lento como los hombres. Se cubre con su colcha negra, vieja, perforada, y se recuesta en el vacío. En uno de los mundos que cuelgan sobre el lecho infinito, inocentes y sabios se preguntan. En otro lugar una semilla duerme, a la espera del agua y del día, y canta las palabras de esta historia, en la lengua tenue de lo que ha de nacer.

para Slayer

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